¿Cómo salir de la Depresión?

Uno de nuestros pacientes me ha pedido que comparta su historia con el fin de que llegue a muchas personas y que a alguien sirva su historia y poder ayudar. En Psycolocity la confidencialidad es lo más importante, es por lo que cambiaremos algunos datos personales del paciente para proteger su información. 

Tuve un cuadro de depresión hace algunos años, pasé de una profunda tristeza a una profunda apatía por los acontecimientos de mi vida. La gota que derramó el vaso fue que perdí mi empleo a los 47 años, un empleo que había tenido los últimos 20 años de mi vida.

Quiero compartirte mi historia porque estoy seguro de que muchas personas hemos pasado por esta situación que fue realmente difícil para mí. Cada caso tiene sus particularidades, pero creo que puede ser de gran ayuda.

Algunos de los síntomas que comencé a tener fue una sensación de profunda incapacidad por cosas que antes hacía con total naturalidad, cualquier cosa que viniera del exterior me ponía en una situación de mucho nerviosismo y más si se trataba de eventos inesperados.

Empecé a darme cuenta de que ya no disfrutaba lo que antes solía gustarme mucho, como jugar mi partido de futbol los jueves con mis amigos de la preparatoria. Dejé de asistir porque realmente ya no lo disfrutaba, eso me llevó a alejarme de mis amigos y a que mi vida social se redujera a su mínima expresión. Dejé se interesarme en los demás.

Empecé a sentir tan poco control de mis emociones, que llorar era una práctica de todos los días, por más que intentara reprimirlas, no lo lograba. Eso confirmaba los pensamientos de aislamiento que tenía, porque sabía que en cualquier momento querría llorar, y por supuesto; no quería ser observado. En mi espacio a solas veía alguna foto o escuchaba alguna canción, y prácticamente eran detonantes para volver a llorar descontroladamente.

Me comencé a percatar que el carácter me estaba cambiando a pasos agigantados, mis pensamientos rondaban ente el “tengo miedo” y “no puedo”. Llegué a oír en múltiples ocasiones que personas cercanas a mí, ya fueran amigos o familia, decían constantemente que el carácter me había cambiado, al grado que un primo me aconsejó que pidiera ayuda de un profesional.

Después de muchas vueltas, mucha indecisión, inseguridad, temor y falta de ganas para hacerlo, me animé a buscar a alguien por mi cuenta y hoy puede decir que ese fue el punto de quiebre en mi plan de recuperación. 

¿Qué beneficios encontré con la ayuda de un profesional?

Pedir ayuda profesional es de las mejores decisiones que he tomada en mi vida, me abrió un horizonte nuevo, además de que trajo consigo una luz que hace mucho tiempo no veía.

Finalmente, después de buscar por bastante tiempo, me invitaron a participar en un proceso de reclutamiento para una posición que me resultaba muy interesante. Expuse en terapia que me causaba mucho temor asistir a esta entrevista, pese a que era muy importante para mí. Mi psicólogo me recomendó algunas técnicas de respiración, aprendí a reconocer mis emociones, aceptarlas y gestionarlas.

Hoy doy testimonio que con la ayuda de un profesional, mi vida cambió. Lo más difícil fue levantar la mano y pedir ayuda, y nunca olvidaré lo que me dijeron en esa 1ª sesión, hoy has avanzado el 50% del camino: reconocer que tienes un problema y pedir ayuda.

La depresión me generaba una inseguridad permanente, pero con la ayuda de mi psicólogo, aprendí a dimensionar de manera correcta cada circunstancia de mi vida cotidiana, una persona en la que podía volcar todas mis inquietudes, mis inseguridades y temores sin miedo a ser juzgado, criticado o calificado, y que sabía; me daría un consejo desde afuera con total imparcialidad y objetividad.

¿Cómo superar la depresión?

Ciertamente tuve que involucrarme, reconocer aquello que me estaba lastimando, aceptar y volverme responsable de mi destino, pero mi psicólogo supo guiar de manera paciente ese nuevo camino que emprendería. Me enseñó a ser más consciente del presente, a percibir el tiempo de mejor manera. Comencé a salir de ese círculo vicioso de miedo al futuro y a dejar de sentir culpa por el pasado. Entendí que los temores de las cosas que considero que van a suceder, realmente nunca suceden. 

Me ayudó a darme cuenta de que en muchas ocasiones tengo pensamientos que no tienen relación alguna, además de que no suceden; aprendí liberarme de todo ese desgaste emocional que me generaba estar pensando todo el tiempo en cosas del pasado y del futuro.

Empecé a construir un nuevo esquema emocional, sintiéndome acompañado de un profesional que me orientara de manera siempre objetiva sobre una u otra situación, a explicarme que no siempre tengo la razón; pero desde una óptica realista y sustentada en el conocimiento del psicólogo.

¿Quiérete a ti mismo!

Tú eres tu mejor amigo, tu mejor influencia y el mayor agente de cambio, de igual manera hay que tener cuidado, porque a veces caemos en decirnos cosas malas o tratarnos de mala manera. Para salir de un cuadro de depresión, es fundamental aprenderse a querer; claro, suena fácil; pero para eso, está la ayuda de un profesional, que te guiará en ese camino.

Estar en un cuadro de depresión, nos hace pensar que cualquier actividad no nos ayudará o servirá, pero personalmente viví la experiencia de practicar con pequeñas cosas ciertas aficiones que tenía en el pasado y que me llenaban de gran manera; y comencé a sentir un alivio que iba incrementando.

Aprendí a estar muy pendiente de mis pensamientos negativos, y enfocarme en aquello positivo, rescatable y satisfactorio; al principio no fue fácil encontrar esos pensamientos, pero comencé a anotar una idea negativa, con la condición no poner otra negativa hasta que pusiera una positiva. Empecé a equilibrar la lista hasta que llegó al punto donde las positivas eran más numerosas, tomó tiempo; pero pasó. 

Lo que te dices, si importa

Cuando estamos inmersos en un cuadro de depresión, la cantidad de pensamientos que vienen a nuestra mente es inmensa, y usualmente predominan los de carácter negativo. Es tal la cantidad de pensamientos, que quedamos exhaustos al final del día. 

Un psicólogo puede ayudarte a identificarlos, transformarlos y gestionarlos.

Recupera el control y la esperanza de tu vida

Cada caso tiene una peculiaridad y un tratamiento diferente, y es ahí donde el psicólogo intervendrá para establecer los mecanismos adecuados que funciones para cada caso en particular. En muchas ocasiones habrá que detenerse, replantear o corregir en el camino, ya que curar un cuadro de depresión, no es un camino recto. Tiene picos, valles, letargos y en algunas ocasiones retrocesos, pero es preciso saber que al andar un proceso de sanación, no hay un solo camino existente.

Un psicólogo es de gran ayuda porque aparte de acompañarte en este camino, te dará un punto de vista objetivo e imparcial. Será diferente a la recomendación que te haga algún amigo, que aunque está lleno de buena intención; no será tan efectivo como se espera.

La depresión no se resuelve con un “ánimo” o un “échale ganas”, es un cuadro que merma la voluntad y hace que la toma de decisiones se torne complicada. Si conoces o sabes de alguien que esté pasando por este cuadro, debes estar consciente que está realizando un gran esfuerzo para llevar a cabo actividades rutinarias por más simples que parezcan.

Una vez que tomas consciencia de lo que te esta ocurriendo, contarás con las herramientas necesarias para hacer frente a cualquier situación. Con un acompañamiento terapéutico aprenderás estas técnicas y caminos que te llevarán seguir tu camino, ciertamente; tomará tiempo y es probable que sea un proceso complejo, pero sabrás que tomaste la mejor decisión cuando te sientas liberado de todos esos pensamientos y sensaciones.

Si quieres mejorar tu nivel de bienestar, en Psycolocity podemos ayudarte. Ponte en contacto con nosotros y SÉ tu mejor versión.

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